Cuando estudié la licenciatura, era la alumna que entregaba proyectos hechos con materiales reciclados, de formas orgánicas y generalmente raros para los demás.  Cerraba los ojos y entraba a los edificios orgánicos de mi arquitecto favorito Antoní Gaudi, admiraba desde varios ángulos la arquitectura de Hundert Wasser Haus, sus formas extremas, colores y texturas, sentía los espacios de Le Corbusier grandes, luminosos con vistas extraordinarias, podía verme innovar algo magestuoso como August Perret en su edificio Rue Franklin en Paris los detalles orgánicos de concreto, soñaba en conocer a la arquitecta Zaha Hadid y su admirable arquitectura deconstuctivista logrando formas con materiales que jamás se habían hecho y por supuesto la arquitecta contemporánea Kazuyo Sejima ambas con Premio Pritzker soy totalmente admiradora de todos y más arquitectos que han dejado una huella impresionante, creaciones dignas de ser admiradas.  Por lo que mi misión representa un gran desafío, me gustaría romper los límites de la arquitectura, conectando el desarrollo sustentable con la arquitectura vernácula, contemporánea y moderna.

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